Visita de la Directora General a la R. D. del Congo


Conociendo nuestras raíces

¡Qué fin de semana!

 

Hemos vivido el Encuentro de personal de Centros del ISCE y ha sido una gran experiencia, de esas que seguiremos comentando centros de muchos años y volviéndonos a reír juntos de las anécdotas.

 

Un fin de semana intenso, en buena compañía, en el que hemos querido profundizar en nuestros orígenes.

Nos hemos juntado personas de Madrid, Salamanca y Santander en la ciudad que nos vio nacer como Institución, en la tierruca.

Viernes de acogida, detalles, cena compartida…

Sábado de madrugón, autobús con concierto, “pasito” a Liébana, pasar por la puerta del perdón, misa del peregrino,, Cocido en Fuende Dé, espectaculares paisajes, precioso Potes, corbatas de Unquera, pisar la arena del sardinero, cena…

Domingo de conocer la lluvia de Santander camino del Faro, Catedral, Compañía, Casa Madre, Misa en familia, comida, kahott, “algo se muere en el alma”.

 

¡Gracias a todos por tanto! 

 

Sigamos creciendo juntos siguiendo el ejemplo que nos dejó el Venerable Doroteo Hernández Vera.



“Si volviera a nacer, volvería a ser sacerdote”

Este año, celebramos el nacimiento de nuestro Fundador en la gran Solemnidad del Jueves Santo.

Un día grande, para nosotras más especial si cabe, hijas de un sacerdote y con la Eucaristía en el Centro de nuestra espiritualidad y de nuestra vida.

Queremos felicitar, en este día en que conmemoramos la institución del sacerdocio, a todos los sacerdotes y hacer llegar nuestro agradecimiento por su vida sacerdotal y nuestra oración a tantos como nos han ayudado y nos ayudan en nuestros apostolados y en nuestra vida de consagración.

Que el Señor siga enviando obreros a su mies.



Domingo de Ramos

La consecuencia es dar poca importancia a las cosas de este mundo.

La entrada de Jesús en Jerusalén fue como unos fuegos artificiales, un triunfo momentáneo.

Este hecho nos debe hacer pensar que somos discutibles y discutidos y no nos debe de admirar.

Más sabio que era Jesús, no lo somos nosotros más prudente que era Jesús, no lo somos nosotros.

Más bienhechores que Jesús no lo somos nosotros. Como Dios era impecable y sin embargo, encontraba la contrariedad.

¿Y queremos nosotros que todos tengan palabras de alabanza? ¿Pero es que lo merecemos?

No queramos alcanzar lo que no consiguió Jesús. Cierto que como almas apóstoles debemos hacernos todo para todos, como dice San Pablo. Pero estamos ciertos que no lo conseguiremos.

Cada cual opinará de una manera otros de otra:

-  unos nos tendrán por santos, otros por pecadores,

-  unos nos tendrán por sabios, otros por ignorantes,

-  unos nos tendrán por prudentes y otros por imprudentes.

Solo Dios nos ha de juzgar, no nos demos mal rato cuando nos vemos juzgados.

Cuando nos adulen, nos aplaudan, no pongamos en esos aplausos nuestro corazón. Ofrezcámoslo a Dios Nuestro Señor, porque si hay algo bueno en nosotros es de Dios, y si hay algo malo es nuestro, y como todos tenemos algo bueno que viene de Dios, nuestros amigos con visión parcial se fijarán en lo bueno. Y como todos tenemos algo malo, nuestros enemigos, también con visión parcial, se fijarán en lo malo. Y a nosotros nos sabe mal que se fijen en lo que nosotros hay de malo. Y entre unos y otros dicen la verdad.

Pero no así en Jesús, qué es infinitamente bueno.

Esto nos enseña en qué quedan las alabanzas. Si yo pudiera infundir en vuestras almas que no hicierais caso a las alabanzas… Suele ocurrir que las mismas personas que hoy nos alaban. Yo no sé por qué, el Señor permite que esas mismas personas sean después las que nos hagan sufrir. Ya ves lo que le pasó al Señor.

Lo lógico es que se saquemos en primer lugar la conclusión de que no debe admirarnos el que unos piensen bien y otros mal, que unos nos tengan por santos y otros por inútiles. Y tampoco que haya unas mismas personas que digan primero una cosa y luego otra. Incluso que por delante digan una cosa y por detrás otra. Cuando alguien diga algo negativo de nosotros, parapetémonos en la humildad y en la paciencia y aprovechémonos de esas injurias, de esas calumnias, que esto nos ayudará a ser santos. Esto nos ayudará a santificarnos con tal que lo llevemos con paciencia.

Pidamos la Señor que aprendamos esta sublime lección de Jesús para que cuando pasen los años nos hayamos santificado pareciéndonos a Jesús y cuando llegue la hora de la muerte no pueda decirnos cómo a las vírgenes necias: No os conozco. En cambio, asemejándonos a Jesús, tendrá que decirnos: os conozco. Entrad en el gozo de tu Señor, ya que habéis sido tan parecidos a mí que tenéis que estar junto a mí con el Padre y con el Espíritu Santo.

 

Venerable Doroteo Hernández Vera

Santander, Casa Madre, 1953


Visita del Excmo. Rvdo. Sr. Obispo de Alcalá

Recientemente ha venido a visitarnos a nuestra Residencia materno infantil, en Coslada, el Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de la diócesis de Alcalá, d. Antonio Prieto Lucena. Ha visitado nuestra capilla, rezando ante la cripta donde se encuentran los restos de nuestro Fundador y también ante la de Ascensión Sánchez.  Con gran alegría por nuestra parte, nos ha prometido volver para conocer con más calma nuestro Centro Infantil Mamá Juanita  asi como el Colegio Doroteo Hernández.



4 Ideas del Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma

“A través del desierto, Dios nos guía a libertad”.

El desierto como el lugar del primer amor, donde nuestra libertad puede madurar en una decisión personal de no volver a la esclavitud, pues todos tenemos ataduras dentro de nosotros y los mandamientos son el camino.

Nos propone 4 acciones para hacer concreta esta cuaresma:

  1. Querer ver la realidad. El Señor es un Dios que ve y escucha. ¿El grito de los oprimidos nos llega también a nosotros? ¿Nos sacude? Ante la globalización de la indiferencia el Señor nos pregunta, como en el génesis: ¿Dónde estás? ¿Dónde está tu hermano? Con el bautismo he nos sido liberados, pero añoramos la esclavitud, añoramos la seguridad de lo conocido, como en el éxodo. Allí es Dios quien ve, se conmueve y actúa, el pueblo no lo pide. Vivimos en déficit de esperanza, pero Dios no se cansa de nosotros. 
  2. Luchar contra la seducción que llevamos dentro de sentirnos omnipotentes y reconocidos, para volver a ser pequeños. La humildad es la fuerza silenciosa que sostiene y sana el mundo.
  3. Actuar, que es también detenerse, en la oración y ante el hermano herido. Esa dimensión contemplativa ante la presencia de Dios en la carne del prójimo, para que la limosna, la oración y el ayuno sean un único momento de apertura y vaciamiento.
  4. Tomar decisiones comunitarias. Reflexionar sobre nuestros estilos de vida. Que se nos note la alegría, porque el amor hace nuevas las cosas, empezando por las más pequeñas.

 

En conclusión. Es un tiempo de nuevo esperanza. De buscar y arriesgar. Abrazar el riesgo de pensar que no estamos en una agonía, sino en un parto.

 

La cuaresma es tiempo de conversión, tiempo de libertad.


¿Qué son los Institutos Seculares?

“Os halláis en una misteriosa confluencia entre dos poderosas corrientes de la vida cristiana, recogiendo riquezas de una y de otra. Sois laicos, consagrados como tales por los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación, pero habéis escogido el acentuar vuestra consagración a Dios con la profesión de los consejos evangélicos aceptados como obligaciones con un vínculo estable y reconocido. Permanecéis laicos, empeñados en el área de los valores seculares propios y peculiares del laicado (Lumen gentium 31), pero la vuestra es una «secularidad consagrada».”

 

Pablo VI. Discurso a los Responsables Generales de los Institutos Seculares, 20 de septiembre de 1972

Conoce más en la web de la Conferencia Española de Institutos Seculares