La Virgen era la “gran consagrada” y, sin embargo, ¡quién sabía nada en Nazaret! Nadie supo de aquella entrevista con el ángel, ni siquiera San José… Pasa desapercibida, como una persona más. No quieras aparecer. Que tu virtud no se exhiba, que no se ostente, sino que reverbere sin que tú te des cuenta.
Un rasgo de la bondad de la Virgen: “No tienen vino”. Suprime una palabra si puedes… ¡Y qué fe tan grande en la Omnipotencia de Jesús, qué conocimiento de su Hijo! Aprende.
He aquí el secreto, la síntesis del ejemplo que nos da la Santísima Virgen: Hacer lo sobrenatural de una manera natural; hacer lo extraordinario, lo sublime, lo divino -en cuanto puede ser hecho por el hombre- con sencillez, a lo humano.
don Doroteo
En la Inmaculada de 1956, el Padre presentó a las Cruzadas lo que en su día había de ser la Imagen de la Inmaculada de la Casa Madre , será una talla de madera de castaño ( el Padre la diseñó con detalle) la altura, como pedestal la esfera terrestre y sobre ella la Señora sin exageraciones, que hacen irreal la realidad.
Mira al mundo, con su manto le protege, nos enseña a rezar el sub tuum presídium. En el pliegue que levanta el ángel, se ve quedar al descubierto una cruz grabada sobre el mundo- es la insignia de la Institución, colocada bajo el manto de la Inmaculada.
La imagen ha querido y busca sintetizar las virtudes características de una buena cruzada, de suerte que, al minarla las aspirantes y las mayores, en un solo golpe de vista aprendan lo que su celestial Madre, quiere enseñarles con la dulce mirada de su imagen, con el devoto recogimiento de su oración sin descuido de sus hijos de los hombres, sencillez y simplicidad en todas las cosas manifestada en la túnica virginal sin artificio.
La imagen quiere enseñar de un golpe de vista lo que hay de hermoso y de sublime en las Bases 1ª, 3ª y 6ª. Como síntesis de la santidad personal.
(Consignas del Padre Fundador en la fiesta de la Inmaculada, Tomo I pág. 99)